| MAY 152025 El pasado jueves 15 de agosto se alzó el telón de la Liga 24/25. Desde entonces, han sido necesarios 273 días para conocer al campeón. Y un nombre se apunta a la larga lista histórica de esta competición: el del Barça de Hansi Flick. El equipo azulgrana ha conquistado su 28º título de la competición nacional este jueves, tras ganar al Espanyol en Cornellà. Así pues, tras casi nueve meses intensos, el Barça se ha proclamado campeón con una gran demostración de personalidad y con un estilo de juego reconocible, que ha vuelto a enamorar al mundo. Un equipo que recibe elogios allá donde despliega su fútbol y que cierra el curso 24/25 tras levantar, también, la Supercopa de España y la Copa del Rey. Un triplete nacional que, por cierto, es único en la historia del Club. Pero lo más importante de todo es que lo ha hecho siendo fiel a una idea, a una forma, a un espíritu. El impulsor está claro, habla alemán y creyó en sus jugadores desde el primer día. Después, ellos mismos sacaron su mejor versión para volver a ser grandes campeones. Hansi Flick llegó a finales de mayo de 2024 con un reto inmenso. Heredó un equipo joven y prometedor, pero sin la experiencia necesaria. Un grupo con hambre, sí, pero quizás aún verde. Una temporada inolvidable… pero con una espina europea en la Liga de Campeones. Este ha sido el único lamento en un año mágico, que podría haber sido de ensueño si no hubiera sido por un último minuto fatídico en Milán. Fiel a su idea, el Barça logró remontar un 2-0 y colocarse 2-3 en el minuto 87, con un gol de Raphinha. Pero, en el añadido, y cuando solo quedaba un minuto para que el Barça se clasificara para la final de Múnich, Acerbi empató el partido y forzó la prórroga, donde Frattesi marcó el gol definitivo. Fue una eliminación cruel, pero también una muestra de la competitividad del conjunto azulgrana, que ha recuperado su lugar entre los grandes de Europa. Hará falta mejorar, es cierto, especialmente en defensa y en la gestión de los minutos clave, pero el margen de mejora de un conjunto tan joven es muy grande. De momento, el Barça de Flick es más que un campeón: es un símbolo de trabajo, mentalidad indestructible, resiliencia y belleza futbolística. Un grupo que no se rinde, que emociona y divierte. Un equipo que ha vuelto a traer la sonrisa a su afición. Y esto acaba de empezar. El futuro del Barça nunca había sido tan prometedor. |