| MAY 282025 El vigente campeón regresó este miércoles a la Court Philippe-Chatrier, el escenario en el que vivió algunas de las emociones más intensas de la pasada temporada. Entre los muros del mayor templo de arcilla el español conoció la gloria, levantando su primera Copa de los Mosqueteros, y también el dolor, quedando a un paso de colgarse la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, con la atenta mirada de París como telón de fondo. Dispuesto a recuperar un sabor dulce en el Bosque de Bolonia, el murciano volvió a saludar al graderío del estadio principal, con la oportunidad de volver a sonreír ante sus butacas. "Esta pista me encanta", declaró sobre la pista Alcaraz, que ya acumula 20 victorias en Roland Garros. "He hecho grandes cosas en ella, he vivido grandes momentos y también algunos malos, de los que he aprendido. Adoro jugar aquí, creo que se adapta muy bien a mi tenis. Siempre que he saltado a esta pista creo que he logrado hacer un buen tenis. Espero que la gente salga con una sonrisa cuando me marcho de la cancha. Amo competir en Roland Garros y jugar en la Philippe-Chatrier". En una jornada de condiciones inestables, donde la lluvia obligó a cerrar el techo en los estadios principales, Alcaraz tuvo que empujar una pelota pesada como el plomo para vencer (6-1, 4-6, 6-1, 6-2) al húngaro Fabian Marozsan. El jugador de Budapest, uno de los pocos jugadores con una victoria sobre arcilla ante el murciano en su historial, representaba un riesgo superior al reflejado por el No. 56 que acompañaba a su nombre en el ranking. El recuerdo del duelo en Roma, donde consiguió desmontar la propuesta del español hace apenas dos años, era el mejor señuelo para acudir a la pista con los ojos totalmente abiertos. El murciano tuvo que atravesar un partido con ingredientes atípicos, vertidos por un jugador capaz de armar un laberinto en cada intercambio. La habilidad de Marozsan, un hombre con destreza natural para cercar la red sin descanso, fue un aviso del peligro que podría acarrear el duelo. Lejos de preparar una batalla de fondo, uno de los capítulos principales en el manual de la arcilla, el centroeuropeo acudió al estadio con un plan completamente distinto. Si la fortaleza de Carlos reside en la solidez, con puntos construidos desde el orden, el choque debía respirar pura intermitencia. "Ha sido un gran partido. He jugado un primer set con mucha confianza", añadió el español, con un impecable balance de 17 victorias en 18 partidos sobre arcilla esta temporada. "En el segundo set él ha elevado su nivel, no ha cometido un error. Ha sido complicado lidiar con su juego en ese momento, pero estoy feliz por haberme mantenido firme. En el tercer y cuarto set he logrado tener un gran nivel, han sido dos buenas últimas mangas". |
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